ERRORES MÁS COMUNES EN SU PLANIFICACIÓN LEGAL POR PARTE DE LAS EMPRESAS
La producción, gestión, comercialización y venta de productos agroalimentarios día a día se enfrenta a problemas que se ha de solucionar, problemas que van desde la logística, el transporte, la trazabilidad, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria hasta otros tan comunes como el incumplimiento de las obligaciones. Lo anterior, unido a la aparición de un nuevo tipo de consumidor, una regulación cada vez mayor y una revolución tecnológica hacen que, a la hora de planificar la organización de nuestra empresa, los servicios legales se convierten en un aliado imprescindible.
Así, a la hora de optimizar esa factura legal, las empresas agroalimentarias deben tener presentes varios puntos, evitando así errores que al final pueden salir muy caros, no sólo desde el punto de vista económico sino también estratégico.
¿Cuáles son los errores más comunes?
1º. NO UTILIZAR LOS SERVICIOS LEGALES EN EL DESARROLLO DE NEGOCIO: el desarrollo de negocio tiene dos bases fundamentales: la económica y la legal, centrarse en una de ellas, descuidando la otra, llevará al fracaso del mismo.
2º. NO TENER UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR CON PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO: ver a un abogado solo como abogado. El abogado en tu empresa debe ser como tu socio de negocio, un valioso consejero. Buscando soluciones innovadoras ajustadas a la ley, contribuyendo así a mejorar la productividad y eficiencia.
3º. NO TENER UN SERVICIO LEGAL PERMANENTE. CONTRATAR AL ABOGADO SÓLO CUANDO SE TIENE EL PROBLEMA. La mejor medicina para reducir los costes legales en nuestra empresa es la medicina preventiva. Un buen asesoramiento legal previo en todas las áreas de nuestro negocio (mercantil, administrativa, laboral, fiscal, etc), puede ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza y darnos la tranquilidad y confianza que se necesita para que el empresario pueda centrar su labor en la dirección y gestión del negocio.
Como decía Séneca: “Cuando se está en medio de las adversidades, ya es tarde para ser cauto”.
4º. NO UTILIZAR LOS SERVICIOS LEGALES COMO UN SISTEMA DE GESTIÓN DE RIESGOS: es muy importante analizar la empresa desde el punto de vista legal en todos sus ángulos, identificar los procesos de negocio y analizar los riesgos concretos de cada uno de ellos para, a partir de ese análisis elaborar una guía de actuación. Sin un análisis y diagnóstico previo, no podremos aplicar las medidas adecuadas ni evitar posibles delitos e infracciones. Esta es la función del COMPLIANCE o cumplimiento normativo.
5º. NO IMPLANTAR EN NUESTRA EMPRESA UNA CULTURA DE CUMPLIMIENTO NORMATIVO: de nada sirve un buen análisis y diagnóstico de nuestra empresa si la implantación no va acompañada de una concienciación y colaboración de todos los miembros de la misma en la necesidad y las grandes ventajas de la prevención legal y de la interiorización de una política de cumplimiento normativo.
6º. NO BUSCAR UN SERVICIO PERSONALIZADO: Se hace imprescindible tener un servicio personalizado, cercano, que conozca la empresa, su sector y su problemática, y nos aporten valor.
7º. RECORTAR Y NO INVERTIR. CONTRATAR BÁSANDOSE ÚNICAMENTE EN EL PRECIO. A la hora de contratar los servicios jurídicos para nuestra empresa nuestro máximo parámetro debe ser la calidad, la excelencia y la cercanía, no el precio.
Como decía Warren Buffet con humos “El que cree que sale caro un profesional, no saben lo caro que sale un incompetente”,
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